Estaba en la disco bailando con unos amigos como cada sábado cuando me fijé en un tío cañón que estaba subido a la barra bailando junto a una peña de chicos. Él destacaba cantidad entre los otros chicos porque era muy alto, iba vestido con una camiseta ajustada que
Vivo en un pueblo pequeño donde nunca pasa nada ni aviene gente interesante, donde tenemos que esperar un montón para que lleguen las pelis de estreno y donde, desde luego, nunca hay conciertos de música de primeras figuras, bueno, ni que no fueran primeras figuras, porque, sin desmerecer a
A Pedro y a mí nos cogió una especie de sensación de agobio tremenda. Los dos estábamos súper estresados por culpa de los exámenes que se nos avecinaban y ambos nos habíamos convertido en unos auténticos plastas que no había quien los sufriera. Nos quejábamos de todo, contestábamos mal