Hace ya unos años que se ha puesto más de moda que nunca que los universitarios organicen sus fiestas de fin de año. Yo formaba parte del comité de fiestas de mi facultad, —hago Historia del Arte—junto con otras dos amigas y, por tanto, nos ocupábamos de toda la
Nunca pensé que podría llegar a hacer alguna tontería de este tipo, porque yo he sido siempre una chica muy centrada y con los pies en el suelo, pero la vida te demuestra que, a veces, un toque de locura nunca está de más. Mi gran desmadre ocurrió en
He vivido mi primera vez con el chico que menos podía imaginar, pues a mí me gustaba otro y vivía convencida que era ese otro chico quien me enviaba las cartas de amor anónimas que durante seis meses estuve recibiendo y que le dieron a mi vida ese toque
Vivo en un pueblo pequeño donde nunca pasa nada ni aviene gente interesante, donde tenemos que esperar un montón para que lleguen las pelis de estreno y donde, desde luego, nunca hay conciertos de música de primeras figuras, bueno, ni que no fueran primeras figuras, porque, sin desmerecer a
A Pedro y a mí nos cogió una especie de sensación de agobio tremenda. Los dos estábamos súper estresados por culpa de los exámenes que se nos avecinaban y ambos nos habíamos convertido en unos auténticos plastas que no había quien los sufriera. Nos quejábamos de todo, contestábamos mal